La evolución del dinero: Criptomonedas
by alex-ru
translation by aleix
Hoy en día muchos sienten que en nuestro mundo (incluyendo el mundo del dinero) algo está mal, pero no pueden entender el malestar exactamente; cual es su razón y a dónde nos dirigimos. Intentemos aclarar la situación echando un vistazo a la historia de la humanidad, el dinero y las criptomonedas.
La evolución de las personas y el dinero
En los albores de la humanidad el dinero se cambiaba junto con la gente en calidad de medio de intercambio, satisfaciendo las crecientes necesidades de las comunidades.
Los grupos al principio se juntaban en tribus, luego en asentamientos, más tarde en ciudades y finalmente en estados. Durante este crecimiento las comunidades eran cada vez más fuertes y más competitivas, y la comunicación entre ellas, incluyendo el aspecto económico, comenzó a adquirir mayor escala, diversidad e importancia. En cada nueva etapa de desarrollo de la civilización el dinero también evolucionaba, se hacía más funcional, cambiando con las crecientes necesidades y resolviendo los problemas que surgían de la manera más eficiente posible.
El dinero se ha convertido en la principal herramienta de procesos tan importantes como el comercio, el ahorro, los préstamos, inversiones, impuestos, regulación, etc. Las monedas emitidas por los Estados se han convertido también en el mecanismo clave de control y gestión tanto dentro de los países como a nivel internacional.
Para entender la situación actual es importante darse cuenta que durante millones de años de evolución humana se ha desarrollado una lucha brutal por los limitados recursos, lucha durante la cual ganaron los individuos y comunidades que tenían la manera más exitosa para conseguir los recursos de la naturaleza y los de los competidores. Las guerras en el planeta no han dejado de ocurrir ni por un minuto. Obedeciendo a los instintos primitivos en la defensa de los intereses del grupo, tradicionalmente la gente causaba daños a las comunidades competidoras; la mayoría ponía los intereses del grupo encima de su interés personal por el bien de la supervivencia del grupo en común.
En las últimas décadas el nivel tecnológico de la humanidad ha crecido espectacularmente, pero la gente no es capaz de cambiar igual de rápido. Las religiones y los estados lograron ajustar hasta cierto punto el heredado comportamiento salvaje de la población, lo que permite construir una comunidad más amplia, creativa y eficaz. Pero, por desgracia, por el momento hablar del progreso en este ámbito es prematuro. El rápido cambio en los atributos externos (dejaron las lanzas, se pusieron las corbatas) no bloquea, sino que cubre los profundos instintos que sirvieron de base para la supervivencia durante miles de años.
Tenemos una imagen de ineficiencia inadmisible a escala mundial, cuando las contradicciones internas impiden (en lugar de promover) el desarrollo. Al mismo tiempo gran parte de la capacidad total de los pueblos no se usa para la creación sino para la confrontación destructiva entre las personas y los grupos que tradicionalmente aspiran a ganar en la carrera evolutiva a expensas de los vecinos. En la antigüedad este comportamiento ayudó a las personas a sobrevivir y desarrollarse en pequeños grupos competidores, pero hoy en día éste mismo no nos deja unir los esfuerzos en el formato de una comunidad mundial.
¿Es posible erradicar este instinto primordial de destrucción (en el contexto de globalización - autodestrucción) y pasar a la siguiente etapa de desarrollo? Este problema debe solucionarse a la mayor brevedad posible para no perecer en el incendio de los medios de confrontación cada vez más destructivos. Hay que construir un nuevo sistema de seguridad colectiva para todas las áreas claves (incluyendo el mundo financiero) utilizando las herramientas modernas que aparecen como el resultado del progreso tecnológico. Los resultados de la introducción de Internet y las tecnologías descentralizadas basadas en él, demuestran el enorme potencial de este área.
No se puede predecir el futuro, pero es obvio que el dinero, como siempre, debe de poder cambiar junto con los otros cambios. Los sistemas de pago antiguos siempre pierden su papel y se reemplazan con los nuevos, capaces de resolver los nuevos retos a los que se enfrenta la sociedad. Es difícil no darse cuenta de la inconsistencia del actual sistema financiero con el rumbo y la dinámica del desarrollo general. En áreas como la salud, lucha contra delincuencia, control de armas etc., las naciones logran colectivamente desarrollar nuevos mecanismos descentralizados de seguridad colectiva, pero para participar en el cambio del sistema financiero actual los usuarios del sistema no son admitidos.
¿Por qué pasó esto? Volvamos a la historia. En el siglo XX el mundo de dinero ha experimentado cambios significativos, más que en todo el período anterior. Durante siglos, el oro y la plata jugaron el papel del equivalente monetario universalmente reconocido, pero las limitaciones físicas de su uso a gran escala obstaculizaban el servicio de la creciente economía. Además, las autoridades siempre se interesaron en la sustitución del dinero de oro, difícil de controlar con varios sustitutos de papel. La edición ilimitada del "papel moneda" y la posibilidad de manipulación en el mercado de los metales preciosos permitieron privar al oro de sus funciones monetarias a favor de las así llamadas monedas fiduciarias, "garantizadas" de manera declarativa.
La permisividad, que resultó de la concentración del poder en las manos de los emisores clave de las divisas fiduciarias, generó una serie de procesos negativos -el juego con la tasa de interés, aventuras de crédito, manipulación bursátil, guerra de divisas, guerras reales etc., y subordinó las finanzas mundiales (y a través de ellas la política y la economía) a los intereses de la "nueva elite".
Hoy en día, el sistema financiero mundial se ha transformado en gran medida en un sistema global de privación de los recursos que tienen los vecinos en el planeta, en la cual muchos "estados vasallos" se empobrecen y pierden los restos de su independencia. Todo esto, no deja esperanza de que la élite financiera que está actuando por sus propios intereses, se vea interesada en mejorar la situación y sea capaz de resolver los problemas creados por ella misma.
Prácticamente a todo el mundo se le ofrecen, como si fuéramos los clientes de un solo banco, ser unos usuarios pasivos y confiar en la conciencia de aquellos en cuyas manos está concentrado el poder. Este desequilibrio jerárquico no puede durar siempre, y más temprano que tarde dará lugar a una migración de los usuarios a los instrumentos alternativos descentralizados de cooperación financiera que puedan respetar de manera sincera los intereses de la mayoría de los participantes del sistema. Y cuanto más tiempo este problema se quede sin resolver, más dolorosa será la inevitable transición al nuevo sistema monetario de la próxima generación que sea capaz de resolver todos los problemas acumulados. Sin embargo, no se sabe cuándo ni cómo suceda.
Pero hay buenas noticias - la tecnología, el software y las innovaciones criptográficas de los últimos años han permitido a los entusiastas a desarrollar su propio modelo de los sistemas de pago. Los programadores han unido sus fuerzas para crear las criptomonedas (monedas alternativas no estatales con su propia unidad monetaria, emisión, infraestructura, etc). Las сriptomonedas incluso en la etapa “preliminar”, lograron demostrar en la práctica su viabilidad; miles de personas y organizaciones en el mundo ya están utilizando estas tecnologías, y la capitalización del mercado se mantiene a nivel de varios miles de millones de dólares. Las criptomonedas se están convirtiendo, junto con el Internet, en una parte de la tendencia general hacia la liberación y unificación de las personas en una sola comunidad.
by alex-ru
translation by aleix
Hoy en día muchos sienten que en nuestro mundo (incluyendo el mundo del dinero) algo está mal, pero no pueden entender el malestar exactamente; cual es su razón y a dónde nos dirigimos. Intentemos aclarar la situación echando un vistazo a la historia de la humanidad, el dinero y las criptomonedas.
La evolución de las personas y el dinero
En los albores de la humanidad el dinero se cambiaba junto con la gente en calidad de medio de intercambio, satisfaciendo las crecientes necesidades de las comunidades.
Los grupos al principio se juntaban en tribus, luego en asentamientos, más tarde en ciudades y finalmente en estados. Durante este crecimiento las comunidades eran cada vez más fuertes y más competitivas, y la comunicación entre ellas, incluyendo el aspecto económico, comenzó a adquirir mayor escala, diversidad e importancia. En cada nueva etapa de desarrollo de la civilización el dinero también evolucionaba, se hacía más funcional, cambiando con las crecientes necesidades y resolviendo los problemas que surgían de la manera más eficiente posible.
El dinero se ha convertido en la principal herramienta de procesos tan importantes como el comercio, el ahorro, los préstamos, inversiones, impuestos, regulación, etc. Las monedas emitidas por los Estados se han convertido también en el mecanismo clave de control y gestión tanto dentro de los países como a nivel internacional.
Para entender la situación actual es importante darse cuenta que durante millones de años de evolución humana se ha desarrollado una lucha brutal por los limitados recursos, lucha durante la cual ganaron los individuos y comunidades que tenían la manera más exitosa para conseguir los recursos de la naturaleza y los de los competidores. Las guerras en el planeta no han dejado de ocurrir ni por un minuto. Obedeciendo a los instintos primitivos en la defensa de los intereses del grupo, tradicionalmente la gente causaba daños a las comunidades competidoras; la mayoría ponía los intereses del grupo encima de su interés personal por el bien de la supervivencia del grupo en común.
En las últimas décadas el nivel tecnológico de la humanidad ha crecido espectacularmente, pero la gente no es capaz de cambiar igual de rápido. Las religiones y los estados lograron ajustar hasta cierto punto el heredado comportamiento salvaje de la población, lo que permite construir una comunidad más amplia, creativa y eficaz. Pero, por desgracia, por el momento hablar del progreso en este ámbito es prematuro. El rápido cambio en los atributos externos (dejaron las lanzas, se pusieron las corbatas) no bloquea, sino que cubre los profundos instintos que sirvieron de base para la supervivencia durante miles de años.
Tenemos una imagen de ineficiencia inadmisible a escala mundial, cuando las contradicciones internas impiden (en lugar de promover) el desarrollo. Al mismo tiempo gran parte de la capacidad total de los pueblos no se usa para la creación sino para la confrontación destructiva entre las personas y los grupos que tradicionalmente aspiran a ganar en la carrera evolutiva a expensas de los vecinos. En la antigüedad este comportamiento ayudó a las personas a sobrevivir y desarrollarse en pequeños grupos competidores, pero hoy en día éste mismo no nos deja unir los esfuerzos en el formato de una comunidad mundial.
¿Es posible erradicar este instinto primordial de destrucción (en el contexto de globalización - autodestrucción) y pasar a la siguiente etapa de desarrollo? Este problema debe solucionarse a la mayor brevedad posible para no perecer en el incendio de los medios de confrontación cada vez más destructivos. Hay que construir un nuevo sistema de seguridad colectiva para todas las áreas claves (incluyendo el mundo financiero) utilizando las herramientas modernas que aparecen como el resultado del progreso tecnológico. Los resultados de la introducción de Internet y las tecnologías descentralizadas basadas en él, demuestran el enorme potencial de este área.
No se puede predecir el futuro, pero es obvio que el dinero, como siempre, debe de poder cambiar junto con los otros cambios. Los sistemas de pago antiguos siempre pierden su papel y se reemplazan con los nuevos, capaces de resolver los nuevos retos a los que se enfrenta la sociedad. Es difícil no darse cuenta de la inconsistencia del actual sistema financiero con el rumbo y la dinámica del desarrollo general. En áreas como la salud, lucha contra delincuencia, control de armas etc., las naciones logran colectivamente desarrollar nuevos mecanismos descentralizados de seguridad colectiva, pero para participar en el cambio del sistema financiero actual los usuarios del sistema no son admitidos.
¿Por qué pasó esto? Volvamos a la historia. En el siglo XX el mundo de dinero ha experimentado cambios significativos, más que en todo el período anterior. Durante siglos, el oro y la plata jugaron el papel del equivalente monetario universalmente reconocido, pero las limitaciones físicas de su uso a gran escala obstaculizaban el servicio de la creciente economía. Además, las autoridades siempre se interesaron en la sustitución del dinero de oro, difícil de controlar con varios sustitutos de papel. La edición ilimitada del "papel moneda" y la posibilidad de manipulación en el mercado de los metales preciosos permitieron privar al oro de sus funciones monetarias a favor de las así llamadas monedas fiduciarias, "garantizadas" de manera declarativa.
La permisividad, que resultó de la concentración del poder en las manos de los emisores clave de las divisas fiduciarias, generó una serie de procesos negativos -el juego con la tasa de interés, aventuras de crédito, manipulación bursátil, guerra de divisas, guerras reales etc., y subordinó las finanzas mundiales (y a través de ellas la política y la economía) a los intereses de la "nueva elite".
Hoy en día, el sistema financiero mundial se ha transformado en gran medida en un sistema global de privación de los recursos que tienen los vecinos en el planeta, en la cual muchos "estados vasallos" se empobrecen y pierden los restos de su independencia. Todo esto, no deja esperanza de que la élite financiera que está actuando por sus propios intereses, se vea interesada en mejorar la situación y sea capaz de resolver los problemas creados por ella misma.
Prácticamente a todo el mundo se le ofrecen, como si fuéramos los clientes de un solo banco, ser unos usuarios pasivos y confiar en la conciencia de aquellos en cuyas manos está concentrado el poder. Este desequilibrio jerárquico no puede durar siempre, y más temprano que tarde dará lugar a una migración de los usuarios a los instrumentos alternativos descentralizados de cooperación financiera que puedan respetar de manera sincera los intereses de la mayoría de los participantes del sistema. Y cuanto más tiempo este problema se quede sin resolver, más dolorosa será la inevitable transición al nuevo sistema monetario de la próxima generación que sea capaz de resolver todos los problemas acumulados. Sin embargo, no se sabe cuándo ni cómo suceda.
Pero hay buenas noticias - la tecnología, el software y las innovaciones criptográficas de los últimos años han permitido a los entusiastas a desarrollar su propio modelo de los sistemas de pago. Los programadores han unido sus fuerzas para crear las criptomonedas (monedas alternativas no estatales con su propia unidad monetaria, emisión, infraestructura, etc). Las сriptomonedas incluso en la etapa “preliminar”, lograron demostrar en la práctica su viabilidad; miles de personas y organizaciones en el mundo ya están utilizando estas tecnologías, y la capitalización del mercado se mantiene a nivel de varios miles de millones de dólares. Las criptomonedas se están convirtiendo, junto con el Internet, en una parte de la tendencia general hacia la liberación y unificación de las personas en una sola comunidad.